Tesla llega oficialmente a Colombia con el Model 3 y el Model Y, precios competitivos y una estrategia que transformará el mercado eléctrico.

Tesla llega oficialmente a Colombia en 2025
Después de años de expectativa, especulación y un mercado eléctrico en plena efervescencia, Tesla confirmó oficialmente su llegada a Colombia en 2025. La reconocida firma estadounidense de vehículos eléctricos, inicia operaciones formales con registro local, ventas directas y los dos modelos de mayor demanda global: el Model 3 y el Model Y.
Con este movimiento, Colombia se convierte en el segundo mercado de Tesla en Latinoamérica después de Chile; y un punto clave para la expansión de la movilidad eléctrica en la región.

Tesla entra al país con un enfoque claro: ofrecer tecnología avanzada, precios competitivos dentro del segmento premium eléctrico y una infraestructura inicial que incluye centros de servicio y sus primeras estaciones Supercharger. Esta decisión se da en un momento clave para el país, justo cuando las ventas de autos eléctricos han alcanzado cifras récord y la transición energética toma más fuerza.
Las joyas de Tesla llegan a Colombia
Un lanzamiento que marca un antes y un después para la movilidad eléctrica
La entrada oficial de Tesla se anunció en noviembre de 2025, y ahí, confirmó que su operación será directa, sin intermediarios, con presencia inicial en Bogotá y luego en Medellín. La compañía nombró como country manager a Karen Scarpetta, quien liderará la estrategia de expansión comercial, de infraestructura y de servicio.

Este anuncio viene acompañado del registro de Tesla Motors Colombia S.A.S., que garantiza respaldo posventa, disponibilidad formal de repuestos y una red autorizada de atención. Para miles de usuarios que antes dependían de importaciones particulares o conversiones informales, el aterrizaje de Tesla representa una alternativa confiable, estandarizada y alineada con la experiencia global de la marca.
Modelos y precios de Tesla en Colombia
Tesla inicia su operación en Colombia con los dos modelos más populares de su portafolio global. Desde su llegada, ambos vehículos se ofrecen con precios oficiales en pesos colombianos y con versiones específicas para distintos perfiles de usuario.
El Tesla Model 3 se presenta como la opción más accesible dentro del catálogo de la marca. Su versión de entrada, equipada con motor de tracción trasera, llega al país con un precio aproximado de $109´990.000 millones de pesos.

La variante Long Range AWD supera los 139 millones de pesos, mientras que la versión Performance alcanza cerca de 165 millones, orientada a quienes buscan más aceleración y capacidades deportivas. A estos valores se suman costos adicionales por colores especiales, rines de mayor diámetro y paquetes tecnológicos como el Autopilot avanzado.
Por su parte, el Tesla Model Y se posiciona como el SUV eléctrico de referencia para familias y usuarios que buscan más espacio y versatilidad. Su variante RWD inicia alrededor de los 119´990.000 millones de pesos, mientras que la versión Long Range AWD llega a aproximadamente 144´990.00 millones.
Con estas cifras, Tesla entra a competir directamente con SUVs eléctricos premium del segmento medio y con modelos de origen chino que han ganado gran protagonismo en los últimos años.
Ambos modelos cuentan con una garantía de cuatro años o 80.000 kilómetros para el vehículo y de ocho años o 192.000 kilómetros para el paquete de baterías, lo que sitúa a la marca en una posición competitiva frente a las garantías que ofrecen otras marcas de vehículos eléctricos presentes en el país.
Infraestructura: Superchargers, centros de servicio y cobertura inicial
Uno de los pilares más importantes de la entrada de Tesla a Colombia es su plan de infraestructura. La compañía anunció la instalación de su primera estación Supercharger en Medellín, lo que representa un salto significativo en la oferta de carga rápida disponible en el país. Estos cargadores permiten recuperar cientos de kilómetros en cuestión de minutos y son un punto diferenciador frente a las estaciones públicas tradicionales.
Además del despliegue de Superchargers, Tesla abrirá sus primeros showrooms oficiales en Bogotá y Medellín, acompañados de centros de servicio para mantenimiento, acompañamiento técnico y reparaciones certificadas. Con esto, la marca busca asegurar una experiencia de propiedad completa, confiable y alineada con los estándares globales.

Tesla también señaló que expandirá progresivamente su red en ciudades como Cali, donde el crecimiento del parque automotor eléctrico ha sido significativo en los últimos años. Esta estrategia permitirá que más usuarios adopten vehículos eléctricos sin depender exclusivamente de infraestructura particular.
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Un mercado eléctrico en crecimiento que recibe a Tesla en su mejor momento
La llegada de Tesla coincide con el mejor momento histórico para los vehículos eléctricos en Colombia. El país registró ventas récord durante el último año, impulsadas por incentivos tributarios, menor costo operativo y una mayor oferta de modelos en todos los segmentos. Sin embargo, aún persisten retos importantes: infraestructura pública insuficiente, cobertura irregular de talleres especializados y falta de estandarización en redes de carga.

Con su entrada, Tesla no solo amplía la oferta, sino que eleva el estándar: obliga a otras marcas a innovar, fortalece la red de carga del país y presiona para que las políticas públicas aceleren su implementación. Incluso desde el ámbito gubernamental, la llegada de la marca ha sido vista como una oportunidad para desarrollar capacidades industriales y tecnológicas a futuro.
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Qué representa la llegada de Tesla para Colombia
Más allá del impacto comercial, la presencia oficial de Tesla podría convertirse en un catalizador para la transformación de la movilidad en Colombia. La combinación entre precios competitivos para su segmento, infraestructura propia, servicios posventa certificados y visibilidad mediática genera un ecosistema favorable para la electrificación.

Tesla no solo llega como una marca automotriz, sino como un referente tecnológico que redefine expectativas y demanda mayor innovación. Para consumidores, empresas, instituciones y la industria automotriz nacional, este movimiento marca un punto de inflexión que transformará tendencias de compra, hábitos de movilidad y estándares de servicio.
